Crocus de otoño o azafrán silvestre, todo lo que debes saber

Descubre cómo cultivar, cuidar y propagar el crocus de otoño o también conocido como azafrán silvestre. Ten cuidado porque hay un dato que debes conocer.
Crocus de otoño o azafrán silvestre, todo lo que debes saber

Última actualización: 05 octubre, 2021

La Colchicum autumnale es conocida como crocus de otoño o azafrán silvestre y se destaca por crecer en las praderas húmedas de los montes altos de Europa. Recibe su nombre porque inicia a florecer en otoño, llenando de color rosa y lila los tendidos de césped de muchos jardines.

Esta planta tiene una raíz bulbosa y puede alcanzar una altura que va entre los 10 y los 30 centímetros. Es fácil de reconocer porque sus flores parecen crecer directamente del suelo, entre unas hojas envolventes, lanceoladas y puntiagudas. Estas aparecen cuando la flor ya está desarrollada por completo, por lo que también se le conoce como la “dama solitaria”.

¿Es seguro cultivar el crocus de otoño o azafrán silvestre?

Azafrán silvestre.

El crocus de otoño o azafrán silvestre es una especie muy atractiva visualmente, por lo que viene usándose como planta ornamental. Sin embargo, hay que decir que sus bulbos son tóxicos, contienen colchicina.

Estudios científicos señalan que esta sustancia antiinflamatoria tiene destacados usos a nivel médico, entre los que se incluyen su uso como tratamiento en el ataque agudo de gota, artritis gotosa y esclerodermia. Aun así, su ingesta inadecuada o por fuera de las recomendaciones médicas es peligrosa para la salud. Produce diarreas y vómitos. Incluso, si se produce una sobredosis puede ser mortal.

Comprendiendo el peligro de consumir esta planta, puede cultivarse directamente en jardines, ya que llenará de color el tapete verde que forma el césped. Pero esto no es todo, puede cultivarse en macetas para usarlas dentro de casa.

Cuidados del crocus de otoño azafrán silvestre

Esta planta requiere de cuidados básicos, aunque específicos para que crezca sana. Hay que empezar con la exposición a la luz, le va muy bien el sol y la semisombra, así como un ambiente templado.

El momento preciso para realizar la plantación es en el verano o a finales de esta estación. Asimismo, requiere de un suelo bien drenado para evitar encharcamientos, por lo que hay que usar una maceta que permita la salida del agua.

No obstante, durante la floración hay que mantener la tierra siempre húmeda, por lo que hay que regar seguido. Una vez aparezcan las hojas hay que disminuir el riego al máximo hasta que las hojas se pongan amarillas. En este momento, hay que eliminar las hojas secas y mantener el bulbo seco.

El crocus de otoño o azafrán silvestre tiene una gran ventaja y es que no requiere de fertilizantes, ya que es bastante resistente. Tanto, que soporta el impacto de plagas y enfermedades que acabarían con otras plantas de interior.

¿Cómo propagarlo?

El crocus de otoño o azafrán silvestre se propaga solo en el césped o sotobosque. Sin embargo, puedes hacerlo en casa durante la primavera, dividiendo los cormos cada 4 o 5 años. Antes de plantar, elimina los bulbillos pequeños y trasplanta los más grandes, los cuales florecerán en el otoño.

De esta forma, podrás propagar tu azafrán silvestre en el jardín, la terraza o en macetas. De hecho, el cultivo en macetas es mucho más sencillo. Solo se requiere de colocar el bulbo con un poco de tierra, la que no requiere de abonos o fertilizantes. Con poco riego y pocos cuidados, verás que la floración llega sola.

De una forma fácil y sencilla, podrás elegir qué espacios de interior o exterior adornar con esta hermosa planta.

¿De dónde sale el azafrán?

Especia.

El crocus sativus o azafrán de cultivo es muy diferente al azafrán silvestre, y es de este del que se extrae la especia del mismo nombre. Debido a la toxicidad del crocus de otoño, nunca se debe recolectar el polvo de sus pétalos.

Ahora bien, el azafrán de cultivo es muy delicado, esta especia se recolecta con mucho cuidado y a mano, cuando la flor todavía es un capullo. La industria que se dedica a la producción del azafrán usa unas planchas especiales llamadas ciazos, en las que se tuestan a fuego lento las hebras empolvadas.

Luego, las hebras se guardan en un frasco con cierre hermético, protegidos de la luz y la humedad. De allí que el kilo de azafrán de calidad sea costoso. Dependiendo de la compañía fabricante, puede costar hasta 3.000 euros. El azafrán que se usa para darle sabor, color y aroma a ciertas preparaciones.