Jengibre: una planta beneficiosa para la salud

El jengibre tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias probadas por la ciencia. Cultiva tu propia raíz en casa.

El jengibre es una planta originaria de zonas tropicales pertenecientes al Extremo Oriente. Hace parte de la familia Zingiberaceae y es considerada una de las plantas más saludables, por sus bondades para la salud. La parte que más se utiliza el rizoma (el interior del tallo), que es de donde se originan sus beneficios.

Como sabemos, el jengibre no puede faltar en la cocina oriental para aromatizar cualquier plato. No obstante, su uso se ha extendido a gran parte del mundo. Es así como lo encontramos en polvo, aceite y otras presentaciones. Su mayor característica es el sabor picante y alimonado.

A continuación, vamos a contarse sobre sus beneficios y cómo cuidar tu planta de jengibre.

Propiedades y beneficios del jengibre

El jengibre es una planta aromática que desde hace años se ha utilizado con fines curativos. Estudios han demostrado que mejora los síntomas de los resfriados y la mala digestión, además es un potente antiinflamatorio. Esos “poderes” curativos tienen origen en su interior, en donde abundan compuestos altos en vitaminas, minerales, aminoácidos y aceites esenciales como el gingerol, el limonelo y el canfeno.

Es un potente antiinflamatorio

El jengibre como antiinflamatorio necesita más estudios clínicos, pero se ha descubierto que es el gingerol el aceite esencial responsable de esta propiedad. Por ello, es usado por personas con patologías como la artritis para aliviar su sintomatología y disminuir la inflamación de sus articulaciones.

También es antioxidante

En la composición del jengibre se encuentran una cantidad considerable de antioxidantes. Así las cosas, su consumo ayuda al cuerpo a retrasar el envejecimiento o proceso oxidativo natural del cuerpo.

Evita los mareos y las náuseas

Esta planta medicinal se utiliza para evitar las náuseas de pacientes que han salido de cirugía o de quimioterapia, como remedio natural. También en quienes padecen de vértigo y náuseas en las mañanas o en cualquier momento del día. Eso sí, las mujeres embarazadas deben tener precaución con su consumo.

Mejoran los síntomas del resfriado

Por sus aceites esenciales, el jengibre hace que los síntomas molestos del resfriado disminuyan y se logre sentir una mejoría a nivel nasal. Se puede tomar en infusión con unas gotas de limón en las noches antes de dormir.

¿Cómo plantar el jengibre en casa?

Ahora que conoces algunos de los beneficios y propiedades del jengibre, es normal que desees tener en tu casa este remedio natural. Pues bien, vamos a dejarte unos sencillos pasos para cultivarla.

• Toma un trozo de raíz de jengibre: límpialo y sumérgelo en un vaso de agua, el líquido le ayudará a germinar. Deja el trozo de rizoma unas 3 o 4 horas sumergido.
• Busca una bolsa plástica: después del tiempo de remojo, toma tu jengibre y ponlo dentro de la bolsa, allí deberá estar por lo menos una semana. Al cabo de este tiempo, el rizoma tendrá brotes que indican que es momento de seguir, de ir a la tierra.
• Alista la maceta y el sustrato: para sembrar tu jengibre deberás tener una maceta con un buen sustrato, si deseas tenerlo en el interior, si tienes jardín, lo mejor será hacerle un lugar. En cualquiera de los dos casos, es recomendable ponerle un poco de perlita al sustrato o humus.
• Divide la raíz: si has hecho este proceso con una raíz grande, lo mejor es dividirla en varias plantas. Coloca cada trozo sobre la tierra, no es necesario hacer un hoyo previo. Basta con poner la raíz de forma horizontal con los brotes hacia arriba y empujarla hacia el sustrato.
• Riega con moderación: de ahora en adelante la planta germinará a su propio ritmo, tú solo debes asegurarte de regarla con moderación cada dos o tres días.

¡Disfruta mientras tu jengibre crece y te brinda sus beneficios!

Tu jengibre se tardará aproximadamente unos tres a cuatro meses en crecer lo suficiente para ofrecerte la oportunidad de tomar sus tallos para tu consumo. Para ello, será necesario que abras un poco la tierra y tomes el pedazo que deseas consumir. Después de eso, vuelve a tapar bien para que la planta siga creciendo.