Las puertas y sus diferentes sistemas de apertura
¿Qué sabes de los diferentes sistemas de apertura de las puertas? Mucho, poco, nada… No te preocupes porque vamos a guiarte para que puedas hacer una buena elección.
Fundamentalmente, las puertas se pueden abrir de dos formas: rotando alrededor de un eje vertical o deslizándose, generalmente en un plano horizontal.
De estos dos sistemas básicos, se deriva el resto de los métodos. Así tenemos en el mercado una amplia oferta: puertas batientes, de dos hojas, correderas, de vaivén, y, en menor medida, las pivotantes y las plegables.
Diferentes tipos de puertas según su sistema de apertura
Veamos las principales características que tienen estas puertas, para que puedas elegir las que mejor se adapten a la morfología de tu vivienda.
Las puertas batientes: las más usuales
Son las que rotan con una apertura de 90º. Son las más comunes y las que más aislan, tanto de temperatura como de ruido. Su principal desventaja es que requieren un espacio de unos 72 cm.
Desde un punto de vista decorativo, muestran una mayor variedad, ya que, al tratarse de la opción más usual en los hogares, los fabricantes ofrecen un amplio abanico de propuestas en toda clase de estilos y diseños.
Puertas de dos hojas: para estancias amplias
Los modelos de dos hojas, que suelen medir 117 cm, proporcionan sensación de amplitud y dan cierto aire solemne y elegante a la vivienda.
Se emplean principalmente para dar acceso a los salones, pero solo en aquellos que miden más de 20 m2, ya que en un espacio pequeño su tamaño quedaría descompensado.
Correderas: estéticas y muy prácticas
La ventaja principal de las puertas correderas es que, al no tener que girar, optimizan al máximo el espacio, por lo que son muy indicadas para habitaciones de dimensiones reducidas.
Se utilizan con bastante frecuencia para comunicar ambientes muy vinculados entre sí, por ejemplo, la cocina con el comedor, o el dormitorio con el vestidor…
Tienen la virtud de que solo con abrirlas o cerrarlas consiguen unir espacios o separarlos, además de darle un toque funcional y dinámico a la vivienda. Existen tres sistemas de instalación en este tipo de puertas. Vamos a verlos:
Corredera vista
Este sistema solo necesita un marco y una guía para el deslizamiento a lo largo de la pared. La puerta no queda oculta y se desliza paralela al paramento.
Es económica y fácil de reparar, pero un aspecto bastante negativo es que no permite usar la pared por donde corre la puerta. Esto va a determinar su futura instalación.
Corredera empotrada
En este sistema, la puerta queda oculta por un doble tabique de pladur o de obra. La obra de pladur es más sencilla, pero menos sólida, mientras que la de ladrillos tiene el inconveniente de que sus reparaciones son más caras.
Corredera con premarco
Consiste en una estructura metálica oculta en el muro que alberga la puerta cuando está abierta. Es de instalación fácil y roba menos espacio que un tabique normal.
Las puertas de vaivén: en constante movimiento
Son aquellas que cuentan con unas bisagras articuladas que le permiten abrirse hacia dentro y hacia fuera. Son muy prácticas para los lugares de mucho tránsito. Empleándose principalmente en cocinas.
Para evitar pequeños accidentes, es aconsejable que cuenten con un ojo de buey, de esta forma se podrá ver si alguien viene en sentido contrario.
Existen modelos de una hoja, de dos y una versión de hoja u hojas pequeñas, tipo saloon. Decídete por la que más te convenga y te guste.
Pivotantes: el giro perfecto
Son las que giran 180º sobre un eje vertical, de forma que cuando están abiertas generan pasillos o recorridos diferentes en función de su ángulo de apertura.
No son muy comunes y se utilizan principalmente por su gran potencial decorativo. Ocupan mucho espacio, por lo que su uso se restringe a las viviendas y las estancias muy espaciosas.
Las puertas plegables: un sistema sencillo
Disponen de varias hojas que se pliegan y se recogen a un lado, como un acordeón, mediante un sencillo sistema de bisagras y rieles.
Se recomienda su instalación en habitaciones que no disponen de espacio suficiente para abrir una puerta batiente porque chocaría con los muebles o la pared.
Abiertas ocupan poco espacio, pero cerradas no aislan demasiado bien del ruido. También tienen como punto negativo que estéticamente no son muy atractivas.
Después de lo que has leído, ¿sabes ya qué tipo de puerta encajaría mejor en las diferentes estancias de tu vivienda?
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