El amarillo limón en la decoración del hogar

Si queremos obtener un carácter distinguido, radiante y lleno de viveza, el color amarillo limón tiene mucho que decir en los interiores.
El amarillo limón en la decoración del hogar
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 04 octubre, 2020

A la hora de escoger un color para los interiores, solemos decidirnos por uno que sea neutral o por alguno que ofrezca calidez y templanza. Esta idea no está mal; sin embargo, ¿por qué no aportar algo más de originalidad? Vamos a conocer algunas fórmulas para utilizar el amarillo limón en la decoración del hogar.

Las tonalidades radiantes e intensas no son habituales. Cuesta encontrar un espacio donde se utilice este tipo de estética. Hay que tener en cuenta que destacan por sí mismas y atraen la mirada de una forma directa y contundente.

Si valoramos la manera en que generalmente trabajamos la decoración, no arriesgamos en absoluto; es decir, tendemos a utilizar procedimientos conservadores que, en el fondo, llegan a aburrir a largo plazo. Por eso, es momento de cambiar y buscar otra manera de trabajar la apariencia de la casa.

¿Qué nos transmite el amarillo limón?

Detalles de decoración amarilla

Este color se sitúa dentro de los cálidos vibrantes y estridentes. No resulta agradable; de hecho, no se encuentra cotidianamente en las prendas de vestir debido a que llama demasiado la anteción. Se utiliza, básicamente, para alguna ocasión especial o con un propósito objetivo.

En el interiorismo, ocurre algo parecido. No se emplea de forma convencional, sino que se sitúa en ciertos elementos con los que generar mayor dinamismo y despertar cierta curiosidad en nuestra mente. Además, no pasa desapercibido, sino que obtiene un gran protagonismo.

Las sensaciones que transmite son de energía, viveza, luminosidad, fuerza y un carácter agudo. Se considera la antítesis de los terrosos y los oscuros, ya sean fríos o cálidos. Por tanto ¿qué puede hacer dentro de una casa? Sin lugar a duda, va a potenciar la expresión cromática de los espacios.

Un color llamativo, singular y completamente diferente a lo que solemos utilizar.

Fórmulas para trabajarlo en los interiores

La disposición de este color debe estudiarse detenidamente. No puede practicarse la aleatoriedad ni tampoco abusar de él en una habitación, ya que puede saturar en exceso y alterar nuestras emociones. Veamos, entonces, algunas fórmulas para poder trabajarlo:

  1. Su aparición debe ser precisa, puntual y concreta; es decir, no se puede colocar en cualquier parte. El lugar que ocupe debe tener un significado y cierta relevancia. Conviene desechar la idea de que sea el color predominante.
  2. En un sofá de tono neutro podemos incoporar algún cojín de amarillo limón. Es una manera de contrastar y diferenciar las partes, llamando la atención y suponiendo una clara diferenciación en comparación con otros elementos.
  3. Cabe la posibilidad de que las cortinas de un dormitorio o de la cocina sean un soporte adecuado. Puede resultar un tanto paradójico, pero nos puede ayudar a que se genere mayor luminosidad y, por otro lado, ambienta de una forma cordial y alegre.
  4. Un asiento, un taburete, un puf o cualquier tipo de soporte pueden ser también una buena opción. Nos ayudan a que se contrarresten con el resto de recursos produciendo, así, un contraste pero sin desentonar.

Su aplicación en las paredes

Cocina amarilla

¿Existe alguna posibilidad de que se trabaje en las paredes? En este caso, hay que tener mucho cuidado de no excederse en su utilización. Por supuesto, se puede disponer en las superficies de un cuarto, pero viene bien que el resto del mobiliario tienda a ser neutro u oscuro.

Combina muy bien con el blanco. Si se intercala con este en los muros, se consigue un efecto no tan estridente y se fomenta la calidez y la luminosidad. Eso sí, tal y como se ha señalado antes, es importante que el resto del conjunto tienda a ser oscuro y que encaje correctamente.

Una recomendación: el uso del negro en los muebles, las puertas o en cualquier otro elemento que pueda aportar algo de seriedad a la fuerza del amarillo limón. De este modo, se consigue un estilo alternativo y desenfadado muy peculiar.

Su contribución en el baño y la cocina

Aunque no lo parezca, es un color que tiene posibilidades en el baño y la cocina. Es una manera de proporcionar un ambiente juvenil, atrevido y radiante. A su vez, es importante que se combine con neutros y blancos para conseguir una sensación más apacible.

La capacidad de expresión que tiene en cualquier espacio resulta muy interesante, por ser atractivo y visualmente potente. Estamos ante un tono distinto que puede influir en nuestras emociones.



  • Bauer, Franz: Color y decoración en el hogar, Gustavo Gili, 1963.