Qué tipo de calefacción elegir para tu casa

Si estás indeciso sobre qué tipo de calefacción elegir, lee este post. Te dejamos las ideas principales de varios sistemas de calefacción.
Qué tipo de calefacción elegir para tu casa
Sofía Sangrador del Río

Escrito y verificado por la historiadora del arte Sofía Sangrador del Río.

Última actualización: 22 julio, 2018

En el siguiente post queremos darte algunas ideas y consejos sobre qué tipo de calefacción elegir para tu casa. 

Como podrás ver en el mercado, hay varios sistemas de calefacción a tu disposición. Simplemente, tienes que encontrar el más adecuado a tus necesidades y a las características de tu casa, porque, obviamente, cada casa es muy diferente.

Para ello, deberás tener en cuenta cómo es la superficie disponible, las ventanas o el tipo de aislamiento. En función de ello, necesitaremos conseguir una eficiencia energética u otra.

Como puede resultar un poco difícil escoger la más adecuada para tu casa, queremos dejarte a continuación algunas características de cada tipo disponible.

Calefacción de gas

Es un sistema de calefacción limpio, eficiente y con garantías de futuro. Cada vez más hogares tienen este dispositivo y las nuevas viviendas se construyen con suministro de gas y radiadores para conseguir que el reparto sea completamente homogéneo.

No olvidemos que el gas puede ser de distintos tipos:

  1. Gas natural: lo bueno del gas natural es que no tenemos que preocuparnos por su almacenamiento, ya que viene de fuera.
  2. Gasóleo C: la ventaja principal es que calienta grandes superficies. El inconveniente es que debemos almacenarlo en casa. Está considerada como una energía contaminante.
  3. Gas propano: lo bueno es que es muy potente. El problema es que hay que estar pendiente de irlo repostando periódicamente.

Calefacción eléctrica

Con este sistema se convierte la electricidad en calor. Además, son una opción bastante económica. 

En cuanto a su instalación, no necesitamos demasiadas obras, es bastante sencillo. Posteriormente, tampoco necesitan cuidados de mantenimiento específicos.

Encontramos de dos tipos: por acumulación y por convectores. El primer tipo funciona mediante unas resistencias eléctricas. El segundo tipo, funciona con una resistencia que calienta el aire que circula por dentro de los convectores.

Además, no es un tipo de calefacción que contamine; sin embargo, requiere de un sistema eléctrico avanzado, ya que consume mucha energía y puede elevar el coste de la factura de la luz.

Existen aparatos desplazables por distintos espacios de la casa u otros que son fijos, por lo que son ideales para calentar zonas muy concretas, en las que el calor podría terminar resultando excesivo. 

Una ventaja es que las zonas se calientan en muy poquito tiempo, así que no es tan necesario darles un uso continuado. La calefacción eléctrica es eficiente pero muy costosa, más que la de gas.

Radiador de calefacción eléctrica

Energía termoeléctrica

Con este sistema se transmite el calor a través del calentamiento de un aceite especial a través de la transmisión de energía eléctrica.

Cada radiador tiene un termostato y son todos independientes; por tanto, aquellas habitaciones que no interese calentar se puede apagar, logrando un sorprendente ahorro energético. No obstante, el uso abusivo de todos los radiadores puede encarecer costes, así que si tienes una casas con habitaciones grandes no te merecerá mucho la pena. 

Y además, una vez que se apagan los radiadores, estos siguen emitiendo calor durante un pequeño período de tiempo. La temperatura es, por lo general, muy estable. 

Calefacción por suelo radiante

Consiste en un sistema de tuberías dispuestas bajo todo el suelo de la vivienda. Por ellas pasa agua, que puede estar tanto fría como caliente.

De esta forma, la zona de los pies siempre estará más caliente que las zonas más altas. Aun así, veremos cómo el calor se repartirá de manera totalmente homogénea por toda la casa.

El problema es que lleva bastante tiempo que el agua se caliente o se enfríe, así que te lo aconsejamos en casas donde vayas a dar a este sistema un uso continuado, si no, no te merecerá mucho la pena.

Es un tipo de calefacción que resulta bastante caro. De hecho, en una casa de unos 100 m2, puedes pagar unos 8.000 euros por instalación. Además, son necesarios bastantes cuidados de mantenimiento. Sin embargo, puedes mirarlo como una inversión a largo plazo, para amortizarlo paulatinamente.

Aunque es un sistema todavía novedoso en España, cada vez son más las familias que escogen este sistema de calefacción para su casa. Otra pequeña ventaja es que te permite andar descalzo por casa y no ocupa nada de espacio en las habitaciones, ya que todo el sistema está bajo el suelo. Por eso, en una casa pequeña es muy recomendable.

Conclusión

Por último, recuerda que a la hora de pensar sobre qué tipo de calefacción elegir para tu casa, debes tener también en cuenta la posibilidad de una caldera con radiador de agua (muy utilizado) o la bomba de calor

Cualquiera de estas opciones puede ser buena, solo debes encontrar el sistema de calefacción más adecuado para tu casa, en función de sus características y tus necesidades.