¿Por qué invertir en productos de decoración de calidad?

Solemos cometer un error que, al fin y al cabo, es bastante común: gastar poco dinero en productos de baja calidad. Esta idea no hay que contemplarla; merece la pena invertir en aquello que salga rentable.
¿Por qué invertir en productos de decoración de calidad?
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 09 octubre, 2020

La estética del hogar se puede trabajar desde distintas vertientes. Podemos recurrir a elementos baratos y de mala calidad que, a largo plazo, pierden eficacia y demuestran un deterioro evidente; por eso, es momento de valorar por qué invertir en productos de decoración de calidad.

La sociedad busca en todo momento los precios más bajos. Es un factor intríseco y bien asentado en las personas; no obstante, conviene cambiar la tendencia y buscar otras alternativas que nos proporcionen mejores garantías.

Muchas veces pensamos que por comprar algo que es económicamente más asequible vamos a ahorrar; sin embargo, no tenemos en cuenta un aspecto importante: quizá, se rompa más fácilmente y necesitemos adquirir otro producto de nuevo, con lo cual nos veremos obligados a comprar más veces y aumentar el gasto a largo plazo.

La inversión merece la pena

Cómo decorar

En ocasiones, nos damos cuenta de las posibles carencias que tienen ciertos productos: materiales endebles, malas calidades, poca resistencia, etc. ¿Esto a qué se debe? Básicamente al abaratamiento de los costes en la fabricación.

Si hacemos una valoración más exhaustiva, nos damos cuenta de que, en realidad, merece más la pena invertir en algo que sea de mejor categoría y que sea más fuerte. De este modo, el uso continuado no tiene porqué generar desperfectos visibles.

Indudablemente, las calidades suelen quedar presentes; es decir que se especifica en la etiqueta de qué está hecho y si ha pasado un control para la venta. Por eso, es importante conocer bien el producto, apostar por él si consideramos que merece la pena y tenerlo todo bajo control.

No hay que comprar a ciegas; conviene conocer más de cerca lo que vamos a adquirir.

Decoración de calidad: un hogar en buen estado

Hay que prestar seria atención al tipo de decoración que instalamos en el hogar y a la manera en que responde a nuestras necesidades. Con esto, nos estamos refiriendo al propio resultado que obtenemos tras hacer la inversión, ya que puede ofrecer un alto rendimiento o desgastarse en poco tiempo.

  1. Los recursos que empleemos van a tener cabida en casa, sean como sean; no obstante, nuestro objetivo es que se caractericen por una evidente calidad. Solo así conseguimos un ambiente perfectamente configurado y en buen estado.
  2. Muebles de uso diario, como el sofá, las sillas, las mesas, el menaje de la cocina, etc., deben ofrecer el mejor rendimiento. Hay que tener en cuenta que el uso continuo puede generar algo de desgaste pero si son productos de alta gama, se cumplirán nuestras expectativas.
  3. Los electrodomésticos de baja calidad suelen fallar al poco tiempo; por este motivo, es tan importante comprar marcas conocidas. El objetivo es que acudamos al mercado y comprobemos qué posibilidades tenemos, pero se recomienda hacer una buena inversión para conseguir entonces un buen rendimiento.
  4. En todo momento conviene pensar a largo plazo. Por supuesto, no hay que olvidar el presente y disfrutar de las cosas; sin embargo, también hay que considerar la idea de que cualquier elemento tenga durabilidad y se encuentre en perfectas condiciones durante mucho tiempo.
  5. ¿Cuándo consideramos que el hogar está en buen estado? Siempre que sintamos satisfacción y comodidad, tanto física como visual, tanto en los muebles y en los objetos como en los propios revestimientos.
¿Por qué invertir en productos de decoración de calidad?

El arrepentimiento y la sensación de haber hecho una mala compra

Se puede dar el caso en el que hayamos hecho una compra y el resultado no haya sido el esperado. En el fondo, esta posibilidad es bastante habitual, lo que nos indica que somos vulnerables a caer en el error, pero también hay que aprender de este.

En lugar de comprar un producto que sabemos que es bueno, tendemos a mirar aquellos que son más asequibles; es decir, no pensamos más allá y caemos en la tentación de gastar poco con el fin de ahorrar.

Haciendo un proceso reflexivo nos damos cuenta de que esta fórmula no es la correcta. Se recomienda acudir a lo que realmente necesitamos. Por otro lado, valoramos que esté siempre en plenas condiciones y que, obviamente, sea útil.

En definitiva, para evitar arrepentimientos y malas decisiones, debemos investigar en el mercado, leer las etiquetas, asesorarnos e invertir en una decoración de calidad. De esta manera, le proporcionaremos lo mejor a nuestra familia y tendremos salud emocional.



  • Lazar Kanuk, Leslie; Schiffman, Leon: Comportamiento del consumidor, Pearson, 2005.