¿Pisos demasiado oscuros? Hay que buscar soluciones

Es momento de incorporar más luz a los interiores. El objetivo es que proporcionemos una ambiente más apacible, alegre y conforme a nuestros gustos.

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 26 febrero, 2021

Se puede dar el caso de que nuestra vivienda se sitúe en un lugar que no permite la recepción de luz natural. Este tipo de pisos demasiado oscuros requieren una intervención inmediata; por eso, hay que buscar soluciones que traten de mejorar el estado actual.

Los interiores se enriquecen a través de la iluminación exterior, especialmente los colores, los cuales poseen tonalidades que destacan por sí mismos y captan toda nuestra atención. Además, se proporciona estabilidad y sosiego, elementos fundamentales para lograr la armonía del conjunto.

Sin embargo, la orientación geográfica en la que se vea la casa puede ocasionar una reducción de la visibilidad o que haya periodos del día en los que no se tenga una luz adecuada. ¿Qué podemos hacer al respecto? Es momento de analizar detenidamente la situación.

Evitar los ambientes lúgubres

El estado de una vivienda puede afectar directamente a las emociones, de ahí que empleemos ciertas tonalidades, un estilo definido, una distribución adecuada, etc. Pero existe un factor a tener en cuenta y que incide en nuestra personalidad: la luz interior.

No podemos depender únicamente de la artificial, es preciso que la natural tome presencia de manera habitual. En el fondo, no es una cuestión económica de derroche de energía sino psicológica en la que juegan un papel importante las sensaciones.

Por este motivo, debemos evitar los ambientes lúgubres que, al fin y al cabo, entristecen la casa. Si tenemos continuamente en penumbra todas las estancias, no avanzaremos nada en absoluto. Es conveniente encontrar ciertas alternativas que, al menos, traten de enriquecer la imagen interna.

La luz natural favorece la armonía del conjunto.

3 soluciones para acabar con la oscuridad en los interiores

Una vez que hemos comprobado que el ambiente del hogar no es el que deseamos, es momento de buscar las soluciones. Algunas se asocian, básicamente, al sentido común, como por ejemplo contemplar la posibilidad de abrir bien los vanos siempre que podamos.

• Las persianas deben estar levantadas durante la mañana y la tarde. A veces las dejamos bajadas, ya sea por falta de interés propio o por falta de tiempo. En cualquier caso, debemos cambiar las rutinas. Si llegamos a casa y las encontramos así, lo único que obtendremos es oscuridad.
• Las cortinas tupidas no tamizan la luz; por tanto, se convierten en una auténtica barrera o telón que corta por completo el contacto con el exterior. Si queremos guardar privacidad pero sin ocultar el interior, es conveniente emplear texturas finas y translúcidas o recursos como las cortinas de lamas.
• Un truco para ganar luminosidad es que tengamos alguna lámpara encendida a la vez que dejamos las ventanas abiertas. Esto se debe aplicar únicamente en pisos que son demasiado oscuros como, por ejemplo, los de ciudad. Obviamente, vamos a gastar electricidad, pero es una fórmula de uso en momentos puntuales.

La elección acertada de los colores

Los colores se configuran como la base sobre la cual debe trabajar la decoración. Este concepto es incuestionable, teniendo en cuenta que serán los que determinen el tipo de ambiente que se genere y la manera en que se complementan con el resto de los recursos.

Sin embargo, conviene evitar materiales que sean oscuros y escoger la gama que favorezca todo el conjunto de una forma estable. Para ello, es conveniente que se logre el diálogo con la luz natural y que no sea un espacio sombrío o tenue.

En otras palabras, es importante disponer tonalidades claras que sirvan de soporte para que la luz rebote y favorezca la luminosidad. En el fondo, es una manera de incrementar la visibilidad de las habitaciones, de ahí que el blanco sea el más pertinente.

Es momento de llenar nuestra casa de luz y color.

Nuestro hogar nos alegra cada día

Una de las cuestiones que debemos plantearnos es la conformidad personal respecto al estado de la vivienda. ¿Realmente nos agrada? ¿Nos sentimos a gusto con ella? Desde una perspectiva individual, es preciso hacer balance de aspectos como este para saber si vivimos satisfechos con las cuatro paredes que nos rodean.

Cada vez que entremos por la puerta de casa, nos debemos alegrar. Para lograr este propósito, es importante que la luz reine en los interiores, ya que, los pisos demasiado oscuros nos llevan al desánimo y al abatimiento, dos conceptos que no deberían estar presentes en nuestras vidas.