La decoración de las principales estancias del Palacio Real de Madrid

El Palacio Real de Madrid se ha convertido en un auténtico referente de la historia del interiorismo.
La decoración de las principales estancias del Palacio Real de Madrid
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 21 marzo, 2019

Madrid se ha convertido en paso obligatorio para todos los turistas que deciden venir de visita a España. Su patrimonio hace que esta ciudad se convierta en un interesante destino. Por eso, es importante que conozcas la decoración de las principales estancias del Palacio Real de Madrid.

Bien es cierto que toda persona que llega a esta ciudad trata de abarcar los principales monumentos y zonas más importantes: Plaza Mayor, Gran Vía, Museo del Prado, Museo Reina Sofía, La Almudena, Parque del Retiro, Iglesias de distintas épocas, etc. Como se puede comprobar, la oferta cultural de la capital es muy amplia.

Dentro de este ámbito, hay que destacar el Palacio Real de Madrid, un lugar lleno de historia y, a su vez, un referente dentro del mundo del interiorismo, básicamente por haber dejado un legado de grandes obras de arte y mobiliario de gran interés patrimonial.

Contexto histórico del Palacio Real de Madrid

Palacio Real de Madrid.

Este palacio lo manda construir el rey Felipe V de Borbón, quien considera que el antiguo alcázar no se encontraba a la altura de la importancia regia del país, sufriendo, a su vez, un incendio en 1734 que dejará un amplio solar al descubierto sobre el que se realizará el presente palacio.

El primer monarca que comience a residir allí será Carlos III, pasando otros tantos hasta llegar a Alfonso XIII, convirtiéndose en un espacio que refleja el pensamiento ilustrado propio de la segunda mitad del siglo XVIII. Toda la decoración interna tratará de mostrar la elegancia y grandilocuencia de la corte española.

En este caso, nos centraremos en algunas de las estancias más relevantes del Palacio Real de Madrid: Salón del Trono, Salón de Alabarderos y Salón de Gasparini. En ellas se pueden descubrir grandes obras pictóricas, escultóricas, arquitectónicas y, sobre todo, decorativas.

Descubrir el patrimonio del pasado nos ayuda a entender mejor el del presente.

Salón del Trono: elegancia al completo

Salón del Trono del Palacio Real de Madrid.
Salón del Trono / pinterest.es

El trono principal de la corte española se sitúa en esta estancia, un lugar donde debe primar la suntuosidad, la grandilocuencia y el decorativismo glamuroso, para conseguir, así, una estética que demuestre la importancia que tiene la familia real. ¿Qué podemos encontrar aquí?

  • El color que prima sobre las distintas superficies es el granate, una tonalidad que refleja gentileza y finura. La textura es de terciopelo y posee, además, algunas orlas plateadas para ensalzar aún más la estética del lugar.
  • En el suelo nos encontramos con un gran conjunto de alfombras granates con estampados decorativos de estilo rococó. Se está siguiendo la moda decorativa propia del siglo XVIII, al estilo versallesco francés, tratando de engalanar todos los rincones.
  • Los espejos son algo primordial, al igual que la propia lámpara central, utilizando materiales de alto coste y predominando los tonos dorados y plateados. Queda todo completamente recargado.
  • El mobiliario, incluyendo los asientos y los leones del trono principal, se cubre principalmente de dorados, y está realizado bajo la técnica de talla del último barroco. Este tono muestra, indudablemente, la elegancia regia.
  • Si miramos hacia arriba, nos encontramos con un techo con pinturas realizadas por Tiepolo, aplicándose la técnica del trampantojo, y, creando así, un efecto de engaño a nuestros ojos.

Salón de Alabarderos: búsqueda de la pureza

Salón de Alabarderos del Palacio Real de Madrid.
Salón de Alabarderos / pinterest.es

En este caso, la decoración se ha tratado de llevar hacia otro rumbo. Las arquitecturas quedan visibles, mostrándose las pilastras y los arquitrabes en todo su esplendor.

Se articulan, a su vez, algunas pinturas con las que poder dinamizar el propio muro a modo de museo, ya que la arquitectura se ha configurado como un gran bloque blanquecino y sin apenas decoración. Se culmina la parte superior con algunos lunetos y ventanales para la entrada de luz natural.

De nuevo, se cubre el suelo con una gran alfombra, donde el granate pierde importancia y ganan más terreno otras tonalidades. Se representan estampados propios de la estética rococó; eso sí, se consigue un efecto de policromías que reavivan la estética del lugar.

Salón de Gasparini y el concepto de horror vacui

Salón de Gasparini del Palacio Real de Madrid.
Salón de Gasparini / twitter.com

¿Qué nos encontramos en este salón? Lo primero que hay que destacar es la estrechez del lugar. En comparación con los anteriores salones, este espacio es mucho más pequeño, transmitiendo una sensación más acogedora.

La decoración es muy suntuosa, tratando de que todo quede perfectamente cubierto; es decir, lo que denominamos horror vacui (horror al vacío). La estética rococó queda visible al instante, recargando todo, desde el suelo hasta el techo, predominando los dorados y representando fórmulas de diseño de estilo barroco.



  • AA. VV.: Palacio Real de Madrid, Madrid, Patrimonio Nacional, 1985.