¿Es posible dejar el hogar sin colores?

La decoración del hogar se nutre, fundamentalmente, de colores; pero ¿es posible reducirlos o dejar los espacios sin ninguno? Es momento de valorar algunas opciones diferentes.
¿Es posible dejar el hogar sin colores?
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 13 febrero, 2021

En el mundo del interiorismo juega un papel muy importante la correcta combinación de los recursos decorativos. A todos nos agrada que los espacios sean dinámicos y posean múltiples variantes; sin embargo, en esta ocasión nos planteamos si es posible dejar el hogar sin colores.

Esta cuestión no se resuelve fácilmente, ya que solemos incorporar tonalidades que, de un modo u otro, nos satisfacen. La armonización del conjunto es fundamental y, para ello, debe existir concordancia estética.

A su vez, hay que recalcar el concepto de personalidad, cuáles son las fórmulas necesarias para que definamos nuestros propósitos y apliquemos las ideas más convenientes para lograr el grado de bienestar. Por eso, vamos a indagar en otra alternativa que sería la ausencia cromática.

Reducir la decoración a la mínima expresión

Decoración fuera de la caja
Imagen: Design photo created by freepik – www.freepik.com

El hecho de que no apliquemos una paleta amplia no quiere decir que vayamos a perjudicar los interiores. Normalmente, utilizamos diferentes tonos para producir contrastes y tratar de coordinar todo el espacio de forma equilibrada.

De este modo, podemos trabajar otra fórmula: la reducción cromática sobre la decoración. Con esto nos estamos refiriendo a la utilización mínima de colores e, incluso, llegar a emplear uno solamente. ¿Qué podemos obtener a partir de ahí?

Las sensaciones pueden ser múltiples y la perspectiva que se plantea llega a ser un tanto especial. Indudablemente, va a jugar un papel importante el mobiliario y el diseño, puesto que los colores dejan de estar presentes y toman relevancia los recursos en sí.

Otra manera de ornamentar los interiores.

Espacios «sin colores»: austeridad y sencillez

¿De qué manera y cómo se puede trabajar este concepto decorativo? No es cuestión de introducir una carencia estética o que apliquemos un procedimiento rudimentario; en realidad, tenemos la oportunidad de ofrecer otro ambiente que puede resultar novedoso.

  • El blanco se convierte en un buen aliado. Este puede predominar en lugares como el salón, un dormitorio o en el baño. En este sentido, estamos dejando sin colorear los distintos recursos que componen el hogar y se alcanza el grado de pureza de una forma mucho más directa.
  • Otra posibilidad es la alternancia entre el blanco y el negro. Ambos se suelen emplear para contrarrestar a otras tonalidades; sin embargo, tenemos la opción de trabajarlos de forma conjunta, bajo un planteamiento que transmita un carácter alternativo, moderno y sofisticado.
  • En el fondo, resulta muy complicado no tener ni un solo color en una habitación. Al final, vamos a recurrir a alguno aunque sea de forma esporádica; no obstante, tenemos la posibilidad de reducir la carga cromática al mínimo de tal manera que se aminore la capacidad de expresión.
  • Se logra, así, un concepto de sencillez que puede considerarse vanguardista. Tratamos de desarrollar una apariencia distinta a lo común y se persiguen sensaciones antiestrés.

La dificultad de vivir sin colores

Salón pequeño en color negro.

Los colores forman parte de nuestra vida. Se encuentran por todas partes, de ahí que sea muy difícil escapar de ellos; incluso, en el mundo del interiorismo gozan de gran relevancia. Al fin y al cabo, participan activamente en la decoración y generan un contenido específico.

Un factor en el que no debemos caer es el de recargar en exceso los espacios. Esto puede producir una saturación que llegue a ser un tanto estresante. La idea es que empleemos un número concreto y básico.

Esto no quiere decir que dejemos al hogar sin colores, sino que recurrimos a los más determinantes. De esta manera, conseguimos una apariencia más personalizada. Se atiende a un tratamiento donde lo esencial gana protagonismo.

De una forma u otra, nuestra vida se llena de colores.

Una casa sin color, ¿cómo sería?

¿Existe la posibilidad de tener una vida sin colores? Esta hipótesis puede resultar utópica si lo concebimos dentro del ámbito decorativo, pero sí podemos aproximarnos a ella. Si hacemos que predomine únicamente una tonalidad, entonces estaremos llegando a este concepto.

¿Realmente es útil la utilización de un solo color? Hay que entender que esta fórmula puede ser una opción más de las muchas que podemos trabajar en el hogar; sin embargo, puede ofrecer una imagen insulsa.

En definitiva, la aplicación cromática en una vivienda se debe trabajar según nuestra conveniencia. Eso sí, hay que tener en cuenta que dejarla completamente vacía de color puede llegar a ser prácticamente imposible.



  • Atkins, Caroline: Colorea tu hogar, Londres, Ceac, 2003.
  • Quan, Diana: El paraíso es tu casa, Barcelona, Penguin Random House, 2017.