5 claves para entender la relación calidad-precio

Cuando realizamos una compra, no debemos limitarnos a comprar lo más barato; conviene averiguar si el precio se ajusta a la calidad del producto y el tipo de resultado que obtendremos.
5 claves para entender la relación calidad-precio
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 11 octubre, 2020

Cuando realizamos una compra, solemos fijarnos en distintos aspectos: la apariencia, la forma, el material, la utilidad, la funcionalidad, etc. Sin embargo, a veces desatendemos otras cuestiones importantes; por eso, vamos a conocer 5 claves para entender la relación calidad-precio.

El rendimiento de un producto llega a ser, probablemente, uno de los criterios fundamentales para conseguir un buen resultado. En otras palabras, cuando hemos adquirido algún elemento de decoración o un electrodoméstico, pedimos que sea lo mejor posible y que resulte eficiente.

¿Qué ocurre cuando un recurso no está a la altura y no ofrece las garantías que deseamos? Es posible que nos sintamos estafados y, por consiguiente, nos desilusionemos. Hemos hecho un gasto que, en cierta medida, nos podríamos haber ahorraro o haber invertido en otra cosa.

1. ¿Qué es la relación calidad-precio?

La importancia del acero inoxidable en los electrodomésticos

A la hora de hacer una compra, queremos que el producto sea de calidad. No obstante, también buscamos que sea asequible para nuestro bolsillo. Esto no tiene que ser un impedimento para tener un buen recurso, pero normalmente no es así.

El mercado ofrece todo tipo de posibilidades aunque, por norma general, todo lo que tiene precios muy bajos no suele ser comparable a los más caros en cuanto a los materiales, rendimiento, apariencia, etc. Se puede dar el caso de que no funcione del todo bien, que el aspecto externo se deteriore fácilmente u otras imperfecciones que van aparenciendo.

De todos modos, existe otra opción muy interesante: encontrar productos a precios competitivos y que sean de calidad. La inversión no tiene porqué ser elevada siempre que vayamos de compras; lo importante es que indaguemos en las tiendas y sitios web y comparemos los precios.

Conviene conocer cómo es el mercado y qué posibilidades nos ofrece.

2. Conocer bien la naturaleza del producto

Uno de los mayores errores es el desconocimiento absoluto que tenemos por un producto determinado. Si queremos un sofá, una mesa o cualquier otro artículo de decoración, tenemos que saber de qué está hecho y si ofrece un buen rendimiento.

  1. Lo más importante es leer la etiqueta o el manual informativo. Es aquí donde encontraremos datos de interés, recomendaciones de lavado, cómo se debe manipular, etc.
  2. Las características de fabricación se pueden consultar a un asesor que esté en la tienda. También, está la posibilidad de que nosotros mismos busquemos en internet. En la red, se encuentran opiniones de usuarios que nos puede proporcionar una información determinante.
  3. El producto será o no de calidad dependiendo de sus materiales; es decir, si vemos que son de una categoría baja, no hay que precipitarse en la compra. Lo mejor es resolver las dudas y saber cuál es su naturaleza y de qué manera está elaborado.

3. La calidad no está reñida con el precio

Comprar marcas de calidad

Muchas veces pensamos que por comprar en los comercios más caros y las mejores marcas conseguimos un mejor resultado. Es indiscutible que todo aquello que nos proporcione confianza y garantía de calidad es un acierto.

No hay que obcecarse en que el mayor gasto es sinónimo de efectividad. También se da el caso de que compremos a precios bajos y que el producto sea magnífico. Esto puede ocurrir, considerándose todo un éxito.

Cuando un producto sale rentable y el precio ha sido el adecuado, sentimos satisfacción y bienestar.

4. ¿Cómo saber si nos están engañando?

Se puede dar el caso de que hagamos compras compulsivas y nos engañen sin darnos cuenta. En ocasiones, nos cobran más de lo debido con respecto al tipo de producto; es decir que este no merece el precio estipulado, ya sea por ser de gama baja o por no reunir una serie de requisitos mínimos.

Para ello, se recomienda ser exigente, mirar en más tiendas, buscar en foros por internet y no caer en el error de acudir a lugares poco fiables. Lo más importante es que aprendamos a diferenciar las calidades y qué merece la pena adquirir.

5. Cuando la relación calidad-precio está bien ajustada

Si se cumple la relación calidad-precio, lo vamos a adivinar al cabo de un tiempo, básicamente cuando comprobemos la resistencia, la durabilidad, la eficiencia, las virtudes y los defectos.

A simple vista, puede que no lo descubramos; por este motivo, conviene tener conocimientos de todo tipo, ilustrarse con más modelos, leer y conocer la naturaleza del producto y, finalmente, averiguar si ese precio corresponde al servicio que nos va a ofrecer.



  • Grande Esteban, Ildefonso; Ruiz de Maya, Salvador: Comportamientos de compra del consumidor, Madrid, ESIC, 2006.