3 tipos de estanterías metálicas

Para mantener el orden es preciso utilizar estanterías que sean prácticas y que proporcionen funcionalidad. Además, se adaptan muy bien a cualquier lugar.
3 tipos de estanterías metálicas
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 23 febrero, 2021

A la hora de guardar el orden, vamos a requerir aquellos recursos que nos proporcionen la garantía de mantener todo en buen estado y bajo una distribución coherente; por eso, vamos a analizar 3 tipos de estanterías metálicas.

En el hogar, en la oficina, en un despacho, en un almacén, en el aula de un centro educativo o en cualquier otro lugar podemos emplearlas. No cabe duda de que son prácticas y útiles, fáciles de encajar en cualquier rincón y no entorpecen la estética decorativa.

Lo más importante es que nos ayuden en el día a día. No dejan de ser un tipo de estanterías de diseño sencillo y funcional. De todos modos, también pueden contribuir, en cierta medida, a la ornamentación de los interiores. Vamos a conocerlas un poco más de cerca.

1. Estantería completamente metalizada

Uno de los formatos es el metalizado 100 %. Todas sus partes, incluidas las baldas, son de metal. Las barras verticales de unión poseen agujeros que nos permiten la adaptación de las distintas alturas según nos convenga. Además, tienen tacos de plástico en las bases para evitar deslizamientos.

Se suelen configurar por 4 o 5 estantes si van destinadas para espacios interiores, pero también las hay más altas si se dirigen a almacenes o lugares con techos más altos. Lo bueno que tienen es que el montaje es muy sencillo y no supone un quebradero de cabeza como puede ocurrir con otras tipologías.

Este ejemplar es el que comúnmente conocemos y que se encuentra, generalmente, en lugares de trabajo y estudio. Vale la pena utilizarlas si no pretendemos trabajar la decoración, ya que, visualmente, se caracterizan por su pobreza estética; es decir, tienen poco que decir.

No obstante, podemos ser nosotros mismos quienes nos encarguemos de darles un toque más particular. Cabe la posibilidad de que aportemos pintura a nuestro gusto y un poco de color o, simplemente, a través de otros elementos, como plantas o fotografías, para darles un toque más interesante.

Depende de nosotros el tipo de aportación estética que pueden hacer.

3 tipos de estanterías metálicas

2. Estantería esquinera metalizada

Siguiendo un planteamiento semejante al anterior, nos encontramos con las estanterías metálicas de tipo esquinera. En el fondo, guardan unos parámetros muy parecidos y se observa una gran similitud; sin embargo, poseen otras particularidades que merece la pena señalar:

  • La adaptación a los rincones es su mayor cualidad. Si nos encontramos paredes que poseen ángulos obtusos, entonces podemos recurrir a este formato. Se podría decir que es un sistema de adecuación al entorno y se obtiene, a su vez, todas las comodidades de una estantería.
  • Las dimensiones son bastante amplias. Generalmente, se destinan a lugares donde vamos a tener que ordenar más cosas. Es importante que entendamos que la funcionalidad básica de este tipo de recursos es mantener una organización interior.
  • Probablemente, estas estanterías son las más elementales dentro de los espacios comerciales. Se pueden encontrar también con grandes alturas y nos ayudan a no desaprovechar ningún rincón de la superficie. Se consideran, por tanto, un componente verdaderamente útil para el almacenaje.
  • El material es muy resistente y no sufre el paso del tiempo; eso sí, hay que evitar por completo cualquier tipo de impacto o pesos desproporcionados. Tienen aguante, pero hasta un límite racional.

3. Estantería de acerco con baldas de rejilla

Dentro de las estanterías metálicas, hay que hacer mención especial a las de acero con acabado cromado. Ofrecen un nivel de resistencia superior a otros materiales. Indudablemente, son una buena aportación para el hogar y no corren riegos de corrosión.

Uno de los formatos más interesantes son las que tiene baldas de rejilla. Generan una sensación de mayor ligereza y favorecen la dinámica del conjunto. Además, enriquecen la estética interior y ayudan a modernizar más el entorno.

Son útiles en lugares donde se requiere mayor funcionalidad. Por ejemplo, en la cocina nos ayudan a organizar la fruta, los cestos, el menaje, las cajas, etc. Por otro lado, también son una buena aportación dentro del cuarto de baño para colocar las toallas, la ropa, los botes, etc.

Por supuesto, las hay en diferentes tamaños y se configuran como una buena aportación decorativa. Aun así, no hay que olvidar que se pueden adaptar a todos los lugares que precisemos; de hecho, tanto las anteriores como esta tipología encajan muy bien en los trasteros para favorecer el orden.



  • Emma, Callery: Enciclopedia práctica de la decoración, Everest, 2001.
  • Ventura, Anna: 1000 ideas prácticas en decoración del hogar, Universe Publishing, 2003.
  • Walton, Stewart: Guía completa de decoración: 1000 ideas de diseño para el hogar, Blume, 1997.