¿Ducha o bañera en el baño?

Si tenemos dudas sobre qué elegir, tanto la ducha como la bañera son apropiados para equipar el baño. Sin embargo, hay que tener en cuenta que guardan ciertas diferencias.
¿Ducha o bañera en el baño?
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez.

Última actualización: 01 diciembre, 2020

En más de una ocasión, nos hemos planteado si colocar ducha o bañera en el baño. Cualquiera de estas dos opciones puede ser buena, todo va a depender del tipo de uso que se les vaya a dar y las necesidades que se tengan.

Hoy en día, prima el concepto de funcionalidad, donde las infraestructuras, servicios y mobiliario deben satisfacer las exigencias de las personas. La idea es que persigamos las comodidades que más nos beneficien, de ahí que la elección que hagamos sea la más acertada.

En ocasiones, nos dejamos llevar por la estética de un recurso en concreto, pero también hay que pensar en la función que cumple y la participación que tenga en los interiores como, por ejemplo, en el cuarto de baño.

Las bañeras cada vez están menos presentes

Tus baños amarán el dorado

Las bañeras son cada vez menos habituales en los hogares, ¿esto a qué se debe? Suele suceder por dos razones fundamentales. Por un lado, la poca practicidad que ofrece, siendo mucho más amplia en dimensiones y abarcando más espacio.

Por otro lado, no resulta tan funcional; de hecho, complica bastante la vida a la gente mayor, incluso puede provocar, más fácilmente, un accidente doméstico. De todos modos, no hay que verlo como un peligro, sino como un elemento que, al fin y al cabo, no tiene tanto recorrido en comparación con la ducha.

Algo que nos proporciona la bañera es mayor calma en el momento del aseo. Poder tumbarnos y disfrutar del agua caliente mientras nos relajamos es un factor a tener en cuenta. Por este motivo, se considera una buena apuesta, además de ser un referente icónico en el diseño de interiores.

Las bañeras nos recuerdan a un estilo de vida más clásico.

Principales cualidades de tener una ducha

En el momento en que nos planteemos si poner ducha o bañera, debemos atender, en primer lugar, al tipo de vida que llevamos y, en segundo, la practicidad que ofrece en la familia. Veamos, por tanto, algunas de sus cualidades:

  1. Generalmente, llevamos un ritmo diario frenético. Esto nos impide perder tiempo en algo tan básico como la higiene personal; por eso, la ducha puede ofrecer algo muy interesante: un lavado corporal rápido, sencillo y eficaz.
  2. No ocupa demasiado espacio. Simplemente, hace falta un plato de ducha, una mampara y la propia instalación del grifo, la cual no tiene mayor trascendencia. De este modo, conseguimos más espacialidad y no se convierte en un estorbo dentro del cuarto de baño.
  3. En cuanto a los miembros de la familia, no importa si son jóvenes o ancianos, para ambas edades puede ser útil la ducha. Es fácil acceder a ella y, además, previene los resbalones y posibles accidentes.
  4. Actualmente, se prefiere disfrutar más tiempo en otras actividades de ocio. Años atrás se valoraba más destinar nuestro tiempo a un baño placentero en la bañera; en cambio, hoy en día ya no tiene tanta relevancia y se prefiere una ducha instantánea.

¿Qué ocurre respecto a la limpieza?

Cómo elegir la ducha perfecta
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Ambos recursos son fáciles de limpiar. No hay que olvidar que en los sanitarios lo más importante es eliminar la suciedad y desinfectar las superficies. En este sentido, podemos considerar que el proceso va a ser el mismo.

Es cierto que la bañera requiere algo más de esfuerzo, teniendo en cuenta que es más grande; sin embargo, la ducha nos obliga a agacharnos y repasar también las mamparas, un lugar donde se suele acumular la cal.

Por tanto, no podemos acusar a ninguno de los dos casos como el menos ventajoso. En el fondo, tienen rasgos muy semejantes.

Ducha o bañera, ¿cuál es más barato?

Si echamos un vistazo a los precios, probablemente encontremos múltiples variantes. De todos modos, van a estar muy aproximados. Si buscamos materiales de muy buena calidad o un diseño específico, entonces veremos un coste elevado.

No obstante, el mercado ofrece todo tipo de posibilidades. Hay productos funcionales y eficientes y que ofrecen precios asequibles. Todo es cuestión de buscar y encontrar lo que más nos interese.

En definitiva, cualquiera de las dos opciones puede ser válida; simplemente hay que escoger aquello que sea práctico y resolutivo para favorecer el aseo personal.



  • Gilliatt, Mary: El libro de la decoración, Círculo de lectores, 1987.